DIJÓN, ESTRASBURGO Y MI FLOR EN EL CULO
Queda una semana para llegar al templo Shaolin y ya empiezo a ponerme nervioso por lo que estoy a punto de experimentar, pero aún me quedan algunos kilómetros y a priori dos estancias más de las que disfrutar. Mi idea es quedarme una noche en Dijón y pasar el resto del tiempo en Estrasburgo para poder sacar algo de dinero tocando y sobre todo para poder disfrutar de uno de los mercados navideños más famosos del mundo. Como veréis, nada de esto salió precisamente como yo esperaba.
Salimos de Tours un miércoles a la mañana con un nuevo compañero de BlaBlaCar. Esta vez empezó raro desde el mismo momento en que contraté el viaje. Una chica me había contratado el viaje pero resulta que el pasajero iba a ser su padre, que no hablaba más que francés. Ya tenía el viaje contratado y era el último día así que decidí acceder, además esto lo haría un poco más emocionante y podríamos intentar comunicarnos por otras vías que no fuesen por las del lenguaje hablado. Por si acaso, yo llevaba mi diccionario francés-castellano para que él pudiera traducir cosas que quisiera decir durante el viaje, pero esto no tuvo ningún éxito.
El viaje fue bastante incómodo ya que el hombre no puso ningún empeño en tratar de hacernos entender, simplemente repetía las mismas palabras en francés, así que tuve que adaptarme y continuar el viaje. Como os decía, no soy fan de las autopistas pero se me iba a hacer tan largo el viaje que decidí cogerla para llegar antes a Dijón y así descansar más para el viaje del día siguiente. Cúal fue mi sorpresa cuando al llegar a Dijón, el único peaje que tuvimos que pagar nos cobró 45€ unido a los dos depósitos que había utilizado, superaban los 100€ lo que me dejaban en una situación bastante complicada. Esto oscureció por completo las dos últimas horas que habíamos pasado en el coche en silencio pero felices a ritmo de Fela Kuti. Daba la casualidad de que el señor era un gran fan de Fela y hacía mucho que no lo había escuchado, así que podéis imaginaros la estampa y la felicidad dentro del viejo Ford Fiesta.
Abatido llegué a Dijón donde, tras dejar al buen hombre, me esperaba Olivier, el couchsurfer que me acogería. Como siempre digo, cada vez que tienes un problema aparece la solución, no existe problema sin solución y sí existiese, ¿de qué serviría preocuparse? El caso es que Olivier es el mejor anfitrión que he conocido nunca. Un francés con padre español de gran tradición musical, me acogió en su casa a mí y a Ura y desde el primer momento tuvimos la sensación de que ese hombre era un buen tipo. Para cenar tenía preparado uno de mis platos favoritos, la crema de calabaza, así que podéis imaginar que pronto se me olvidarían todas mis penurias.
Era tan bueno el rollo que experimenté esa tarde-noche entre guitarras y conversaciones, que le propuse quedarme una noche más, que al final serían dos. En estos tres días en Dijón por fin pude experimentar como músico callejero y la respuesta no pudo ser mejor. Hice suficiente dinero como para sentirme seguro de mis dotes como guitarrista callejero, me invitaron a cenar, a un café y recibí muchísimas felicitaciones y sonrisas por la música que hacía, INMEJORABLE.
Al día siguiente probé suerte otra vez, pero esta vez en menos de 15 minutos, lo que dura Shine on you crazy diamond de Pink Floyd, la policía, muy amable, se acercó a mí y me invitaron a dejar de tocar ya que estaba prohibido. He de decir que nunca había conocido policías tan amables, ya que incluso me pidieron perdón en repetidas ocasiones, INCREÍBLE. No poder tocar más en Dijón no empaño mi imagen de la ciudad ni de mi experiencia en ella. Olivier ya es un amigo más con el que mantengo contacto y espero volver a verle pronto, si no es en Dijón, en el camino hacia alguna parte.
LA ODISEA FINAL HASTA SHAOLIN TEMPLE EUROPE
Encontrar alojamiento gratis en Navidad en Estrasburgo iba a ser bastante complicado como venía viendo las últimas semanas. No encontrábamos nadie que tuviera espacio para Ura y para mí, obviamente viajar con perro tiene a veces ciertos inconvenientes, pero finalmente encontramos una chica que nos aceptó como huéspedes y que de hecho nos invitó a una fiesta de trance -todavía no tengo muy claro en qué consisten este tipo de fiestas- el mismo día en que llegábamos.
La verdad es que ni a Olivier ni a mí nos dio muy buena espina esta chica por las muchas preguntas que hacía incluso después de aceptarnos. A pesar de todas las sensaciones y tras despedirnos del gran Olivier, partimos hacia Estrasburgo a vivir una experiencia con la que no contábamos al salir de Eibar, que era vivir una de las navidades más cinematográficas conocidas en el viejo continente.
El viaje fue sin prisa pero sin pausa, atravesando bonitos paisajes y pueblos entre montañas acompañado por Neil Young y Sixto Rodríguez entre otros, por lo que el viaje se nos hizo muy ameno y lo disfrutamos más que todos los anteriores juntos. Al fin, llegamos a Estrasburgo y cuando, tras prácticamente una hora, encontramos aparcamiento gratuito y seguro, escribo a mi anfitriona para confirmar que estaba en casa. Entonces ella empieza a hacer preguntas sobre Ura, transmitiéndome su inseguridad sobre nuestra pernocta, por lo que sin dudarlo un segundo y siguiendo mi intuición/corazón le comunico que no nos vamos a quedar en su casa. Ella ahora empieza a insistir en que nos quedemos, pero la decisión está tomada.
Nos encontramos en Estrasburgo un sábado por la tarde totalmente tirados en un aparcamiento y me pregunto qué será de nosotros. De hecho, asumo el dormir en el coche, pero dos días seguidos y sin ducha me parecía un poco excesivo antes de entrar en el templo. Quiero dar una buena primera impresión y llegar tras dos días de dormir en el coche y sin ducharme, no podría ser bueno. De repente, se me ocurre buscar en el mapa la ciudad de Metz donde vive la otra pareja de franceses que conocí en Perú y para mi sorpresa, estaba a menos de 2 horas en coche de allí. Escribo a Alex y me contesta un minuto después. Mi flor en el culo vuelve a actuar regalándome la fiesta de cumpleaños de un viejo compañero de aventuras a menos de dos horas de viaje en coche. Por lo que tras 3 discos de David Bowie estoy plantado en una casa llena de franceses celebrando el cumpleaños del gran Alex. Tanto Alex como su novia Carol me reciben con una gran sorpresa y alegría y me hacen sentir como en casa. Rememoramos viejas aventuras camino a Machu Picchu y decido quedarme un día más con ellos, ya que me parecía un poco aprovechategui ir sólo para la fiesta e irme, además así podríamos ponernos al día.
Este último acontecimiento es uno más de los muchos momentos de incertidumbre que se han visto resueltos por un maravilloso cúmulo de casualidades, fruto de al menos tratar de vivir el presente. Todo problema viene con su solución y todos los problemas son tan grandes como tú los quieras hacer. La verdad es que mientras estaba en Estrasburgo tuve algún momento de incertidumbre y miedo por saber qué iba a pasar, pero tenía claro que algo debía hacer y que poniéndome en movimiento, el problema dejaría de existir. Como podéis ver, no tardé ni media hora en darle la vuelta a la tortilla, y esto no es porque tenga una flor en el culo, es simplemente porque no me dejé atrapar por el miedo y dejé que el momento decidiera mediante mis acciones. Sigue moviendo y nunca morirás.